Strike a pose!

29.11.2023

Como unas poses al son de la música de iconos como Kevin Aviance o Junior Vasquez sirvieron como refugio y celebración de la comunidad queer durante décadas y por qué no debemos pensar primero en la canción de Madonna cada vez que escuchamos la palabra Vogue.

Iria Turnes Sánchez


El baile, como forma de expresión artística, ha acompañado y asistido a comunidades enteras durante toda la historia y, en la mayoría de las ocasiones, ha estado impregnado de un trasfondo político o social.

No es casualidad que en el siglo XVII Luis XIV decidiese impulsar el ballet en Francia y obligase a sus cortes a aprender las técnicas, la etiqueta y las posturas de dicha disciplina. Tampoco es un hecho aislado que las clases altas argentinas rechazasen y prohibiesen el tango en sus orígenes por atribuirse a otro status social y comunidades oprimidas. 

El baile, al igual que la música que le acompaña, cuenta historias por sí mismo y como bailarín o interesado se tiene la oportunidad- y el deber- de hacer un esfuerzo por escuchar.

El Vogue no es ninguna excepción de esta regla, cada vez más presente en los medios a nivel internacional, ya sea a través de la gira mundial de Beyoncé, Rupaul Drag Race y sus adaptaciones en cada país o en la serie Pose.

En palabras del activista queer y afroamericano Michael Roberson, "el Ballroom tiene algo que decir y enseñar al mundo lo que significa ser un ser humano en la lucha por la libertad frente a la catástrofe".

Y es que, como muestra el documental Paris is Burning a través de entrevistas, el Vogue se consolida en las salas de Harlem de Nueva York en los años 60-70, muy ligado con el movimiento Drag, como una disciplina que abrazó e inspiró a una comunidad oprimida por la sociedad americana desde varias lentes; tanto por motivos de raza, como por clase social y orientación sexual, acompañado por la crisis del VIH, que condenó injustamente a la comunidad queer.

Tal y como describe Pepper LaBeija, uno de los iconos de este momento, "como sus padres les dieron un camino tan duro, me admiran para suplir ese vacío", transmitiendo ese sentimiento de unidad dentro de esas paredes, que eran un espacio seguro ante un mundo exterior hostil y peligroso.

Dentro del Vogue, surge más tarde una controversia por la canción que lleva su nombre, de Madonna, una de las artistas más famosas de la industria de la música, aunque no ligada a la escena del Vogue ni víctima de la opresión que sufrieron y sufren la personas queer o racializadas.

En la comunidad, algunos creen que esta canción en ese preciso momento desplazó el foco, muy necesario, que debería tener el Ballroom de Harlem y todas sus variaciones, a una persona ajena a la escena.

Sea cual sea su influencia, la cual desde 2023 es difícil de juzgar, bien es cierto que Jose Xtravaganza, que coreografió el videoclip y le proporcionó esa perspectiva desde dentro, consideró en Voguing: a brief history of Ballroom, que Madonna hizo esta canción desde el respeto a la subcultura y con la intención de mantener los aspectos tradicionales del Vogue.

Fuente: Paris is Burning de Jennie Livingstone
Fuente: Paris is Burning de Jennie Livingstone

Quizás el problema que se puede percibir en la popularidad de esta canción no está en Madonna, puesto que ella ha mostrado apoyo a la comunidad durante toda su carrera y su música ha servido de inspiración para muchos por la idea de libertad que trata de transmitir.

Lo que puede chirriar en esta historia es la perpetua contraposición entre lo que se hace mainstream, inspirándose en un movimiento marginal y en que se recuerden más las actuaciones de Madonna de la canción Vogue o que se crea que fue ella quien inventó la disciplina, en lugar de interesarse por el propio movimiento de Ballroom con sus verdaderos protagonistas.


Ya es complicado que las historias de opresión puedan estar presentes fuera de la comunidad en la que nacen, conque llevar el foco a una estrella del pop puede separar más el micrófono de las estrellas que tienen mucho más que contar acerca de ello.

Sea como sea, tanto la canción como la escena que subyace detrás de ella nos deberían servir para entender y respetar una historia muy valiosa que debe inspirar a seguir defendiendo nuestros derechos en la Comunidad LGTBI+ escuchando a figuras como Willi Ninja, Angie Xtravaganza o Dorian Corey para ello y no solo el Strike a pose! que canta Madonna.