PSOE y JUNTS presentan el acuerdo, dos posturas
El pasado jueves 9 de noviembre, el Partido Socialista y Junts per Catalunya daban a conocer el texto de acuerdo que garantizará la investidura de Pedro Sánchez
José Rubio Ballega

Después de tres noches de manifestaciones contra la amnistía en Madrid, el PSOE y Junts se han apresurado a publicar el acuerdo en el que han trabajado desde Bruselas. Sin embargo, la ambigüedad del texto hace que, más que un texto de medidas concretas, este sea una declaración de posturas ante las futuras negociaciones.
Para introducir los acuerdos a los que deberán llegar, ambas formaciones dejan claras sus posturas sobre el referéndum celebrado de manera unilateral el 1 de octubre de 2017 en Cataluña. Por un lado, Junts mantiene la legitimidad del referéndum así como de sus resultados, mientras que el PSOE "niega toda legalidad y validez al referéndum".
También en el punto 3, se hace referencia a las "discrepancias" y "los obstáculos del proceso que se disponen a emprender". Así, se reconoce la desconfianza entre ambas formaciones por la que presentan (quizá el único acuerdo real) la necesidad del conocido mediador internacional, una de las exigencias de Puigdemont para firmar este texto. Este estará presente en las negociaciones por las que tendrán que llegar a los acuerdos pertinentes. Estos futuros acuerdos se refieren a los de control del déficit y autogobierno de Catalunya, su reconocimiento nacional o la ley de amnistía.
Mientras que en los primeros puntos del texto se presentan las posturas opuestas de Junts y el PSOE, en el cauce de la futura ley de amnistía parece haber unanimidad. El acuerdo aclara que los amnistiados serán aquellos enjuiciados entre 2012 y 2017. Y sugiere que "las conclusiones de comisiones de investigación se tendrán en cuenta en la aplicación de la ley, en la medida en que haya existido judicialización política", punto al que todas las asociaciones jurídicas se han opuesto por atentar contra la separación de poderes.
Más de un mes para redactar 5 páginas y, aún así, todo está por negociar delante de un mediador internacional. Todavía no existe ley de amnistía, ni existirá hasta que se redacte, se apruebe por mayoría parlamentaria y los tribunales den el visto bueno. Por lo que el único acuerdo real de este texto es el reconocimiento de dos posturas discrepantes a la hora de encauzar las negociaciones entre los partidos. Todavía no hemos entrado en una dictadura, tampoco ha habido golpe de Estado. Solo se ha llegado a un consenso sobre lo que se debería hacer para encauzar las relaciones entre Catalunya y el Gobierno central. En fin, lo que llaman el diálogo en el que se basa la política democrática.
