Londres se tiñe de azul por una marcha europeísta

El pasado sábado 23 de septiembre las calles de Londres se llenaron de manifestantes con un objetivo en común: volver a Europa. La protesta, organizada por la plataforma National Rejoin March (Marcha Nacional por la Reincorporación), pretendía visibilizar el apoyo de gran parte de la ciudadanía británica por reintegrarse a la Unión Europea. Según el sondeo llevado a cabo por "What UK Thinks", el 58% de la población aboga por dicha reincorporación.

Es evidente que el Brexit ha tenido consecuencias negativas en la economía británica; no obstante, al haberse llevado a cabo en un periodo de turbulencia internacional, calcular el efecto exacto resulta complicado. La información revelada por los datos es clara: las exportaciones cayeron en un 30% en 2021 y la inflación del mes de junio está casi un punto porcentual por encima de la media de la UE. Asimismo, según el Centro para el Desempeño Económico de la LSE, se calcula que el coste del Brexit ha sido superior a 6.500 millones de euros, entre 2019 y 2021.

Todo esto lleva a una pregunta: ¿es factible una futura adhesión de Reino Unido a la Unión Europea? La respuesta no es sencilla. En primer lugar, hay que tener en cuenta que en caso de que Reino Unido volviese a la UE, no lo haría con las ventajas que ya disfrutaba (exclusión voluntaria de la zona euro y del espacio Schengen, entre otras), lo cual podría desalentar a la población británica. En conclusión, pese al apoyo general a la adhesión, llevarla a cabo de manera efectiva se trata de un proceso lento, arduo y que traería de nuevo polarización social.