Las reivindicaciones del pueblo valenciano: las deudas pendientes tras la DANA

01.12.2025

Tras la catástrofe sucedida el 29 de octubre de 2024 fruto del paso de la DANA, la tragedia inundó las calles valencianas y, a día de hoy, aún siguen quedando vestigios muy latentes entre la población

Cristian Molinos Gracia 

Hace ya más de un año que la DANA golpeó la península, dejando tras su paso 229 víctimas mortales, siendo nueve de ellas menores de edad; 103 municipios afectados, 115 centros educativos destrozados, daños de 18 mil millones de euros; y secuelas tanto físicas como mentales entre la población, la cual aún sigue luchando por recuperar la cotidianeidad a la vez que se pretende honrar todo lo perdido y no olvidar los errores que se cometieron.

Desde que el 3 de noviembre de 2024 Pedro Sánchez huyó de Paiporta tras una acalorada bienvenida hasta la actualidad, el pueblo valenciano ha demostrado en múltiples ocasiones su inconformidad con la gestión de la DANA; llegando a realizar, a lo largo de todo el año, 12 manifestaciones exigiendo la dimisión del presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón. De esta manera, se han realizado constantemente reivindicaciones tanto por la negligente administración de los días posteriores a la tragedia como por la lentitud del proceso burocrático en lo relacionado con la reconstrucción de las zonas afectadas.

Por estos motivos, se han fundado un total de 17 asociaciones cuya labor es atender las necesidades de los damnificados y reclamar a favor de sus intereses. De este modo, la mayoría de las reivindicaciones siguen apuntando hacia la descuidada administración de la situación en los días próximos al suceso y, en relación con esto, se exige constantemente el respeto hacia la dignidad de los fallecidos. Principalmente, los damnificados exigen consecuencias para los responsables de esa intolerable gestión.

Además, el foco de sus demandas se encuentra también en la necesidad de acelerar el proceso de reconstrucción. Por ejemplo, es digno de subrayar el caso del cuartel de la Guardia Civil de Utiel que, al igual que en otros municipios, permanece deteriorado. Esta coyuntura conlleva grandes inconvenientes para sus trabajadores, quienes tuvieron un papel fundamental tanto durante la tormenta como en las semanas posteriores, algunos incluso llegando a fallecer en el ejercicio de su profesión.

Por otro lado, múltiples organizaciones han demandado la urgencia de construir infraestructuras hidráulicas capaces de evitar futuras inundaciones. Respecto a esto, los retrasos en las obras del Barranco del Poyo provocan terror de que una catástrofe similar vuelva a suceder entre los habitantes de Torrent. A su vez, todavía faltan por levantar puentes y pasarelas que permitan el paso tanto a pie como a coche entre municipios que, hoy en día, se encuentran divididos, como es el caso de Picanya o Paiporta.

Cabe destacar que, recientemente, el Consejo de Ministros ha aprobado el real decreto-ley en el que se pretenden adoptar nuevas medidas urgentes dentro del Plan de Respuesta Inmediata, Reconstrucción y Relanzamiento frente a los destrozos provocados por la DANA. De esta manera, se pretende acelerar la concesión de las ayudas aún pendientes.

No obstante, este noviembre, el portavoz de la Asociación Damnificados Dana Horta Sud reclamó en la comisión de investigación de la DANA la realización de un Pacto de Estado cuyo objetivo sea agilizar la reconstrucción, puesto que en la gran mayoría de las localidades afectadas todavía quedan zonas destruidas e inutilizables.

Todo esto me lleva a plantearme, si después de un año de la catástrofe aún no se ha conseguido mejorar la situación y devolverle la calidad de vida con la que contaban antes a los damnificados. ¿Cuándo se van a tomar acciones reales al respecto? o ¿los políticos españoles están esperando a que todo se solucione mágicamente sin tomar cartas en el asunto? Un factor está claro, es indignante e inadmisible que, en un supuesto país primermundista, no hayamos sido capaces de reconstruir una zona asediada por la tragedia sin convertirla en una gran polémica nacional.