La Oreja de Van Gogh: La cobardía vestida de nostalgia

Roger Calvente Mateo

Los últimos días han sido muy productivos para la banda pop española La Oreja de Van Gogh. Desde el regreso de su vocalista original, Amaia Montero, su nueva gira anunciada promete ser un éxito rotundo en ventas. Pero… ¿a qué precio van a conseguirlo?

Y es que, para sellar el regreso de Amaia Montero (Irún, 1976), la banda primero tuvo que despedirse de quien fue su voz durante los últimos 17 años: Leire Martínez, apartada del grupo por la puerta de atrás el 14 de octubre de 2024 en una decisión más cobarde que artística.

Ahora, el grupo también se enfrenta a la ausencia de su guitarrista y cofundador, Pablo Benegas, quien decidió hace pocos días no participar en la gira de reencuentro con Amaia, y es que, para traer de vuelta a la vocalista vasca, han caído por el camino dos piezas clave de la historia del grupo. La banda ha intentado presentar este regreso como algo inevitable, como si el tiempo solo se hubiera pausado, dejando en la sombra los 17 años de trabajo junto a Leire. Este gesto ha provocado que numerosos fans en el mundo hispano se desmarquen del grupo, al considerar que no han actuado de forma ética.

Pese al revuelo, las entradas para múltiples ciudades españolas se agotan con rapidez. Pero hay una sensación clara: La Oreja de Van Gogh parece no tener ya nada nuevo que ofrecer, más allá del eco de un pasado que muchos añoran, pero que ha regresado de una forma triste y amarga.

Porque lo que la banda no quiere admitir —aunque muchos lo sepan— es que, para volver a su pasado, ha tenido que dejar olvidado su presente. No se trata de una guerra entre vocalistas, sino de dignidad, de no dar la imagen de que para revivir un recuerdo ha habido que sacrificar 17 años de historia.

Fotografía que anunciaba el regreso de Amaia a La Oreja de Van Gogh laorejadevangogh.com