La indecisión juvenil: ¿Por qué nos cuesta tanto decidir?

24.11.2025

Lucía Sánchez Vargas  

No es sorprendente que a medida que los jóvenes crecen surgen dudas y florece la indecisión. Los jóvenes llevan mucho tiempo angustiados ante decisiones importantes en la vida. Como casarse, aceptar un trabajo o comprar una casa, con la esperanza de encontrar una opción ligeramente mejor.

En la actualidad, la cantidad de información y opciones que se tienen al alcance de la mano ha acentuado esta indecisión.. Esta falta de acción tiene incluso un nombre: FOBO, procedente del inglés Fear of Better Option, que fue mencionado por primera vez por Patrick James McGinnis definiéndolo como «el miedo a acabar llorando por el camino que no se ha tomado. Para elegir algo hay que dejar ir otra cosa, así que preferimos no decidirnos y mantener abiertas todas las opciones por si aparece otra oportunidad mejor».

El FOBO no surge por sí solo, viene precedido por ciertos factores psicológicos, sociales y culturales. Entre estos primeros destacan la ansiedad por malas elecciones, el perfeccionismo y la baja autoeficacia. Por ejemplo, en el caso de los jóvenes que abandonaron la educación antes de los 17 años, un 28,5 % afirmó que la causa fue la impresión de no valer para los estudios (Informe Juventud en España, 2024).

El nivel educativo juega un factor importante en esta ecuación: no juegan con las mismas opciones una familia de clase baja que una familia de clase alta. Provenir de un entorno familiar con formación académica fomenta el interés por los estudios y la atracción por un proyecto de vida.

Existen cifras que evidencian que la indecisión no solo se manifiesta en la elección de carrera, sino que afecta directamente la permanencia y el compromiso educativo. Según datos del INE, en 2024, el 40 % de las personas que dejaron de estudiar lo hicieron porque el programa de estudios no les interesaba o no se ajustaba a sus expectativas.

Además, el aislamiento o la socialización pueden influir en la seguridad interna de los jóvenes y en su capacidad para tomar decisiones vitales, reforzando por ello los efectos de la ansiedad y el miedo al fracaso, tendencias comunes entre los jóvenes.

En cuanto a los factores sociales y culturales, la llamada sociedad líquida de Zygmunt Bauman, describe a la perfección la sociedad que estamos construyendo actualmente: un entorno en el que nada es estable, ni las relaciones, ni el empleo, ni la identidad, nada, lo que genera inseguridad y miedo a decidir.

La abundancia de opciones disponibles y la comparación constante, especialmente a través de redes sociales, intensifican esta sensación de parálisis en la toma de decisiones. Este acceso tan sencillo a la tecnología genera una burbuja de comparación constante y con ello miedo a tomar una decisión que nos separe de esta idealización generada.

La indecisión a largo plazo tiene un impacto emocional significativo: puede aumentar los niveles de estrés, ansiedad y sensación de insatisfacción personal. En el contexto universitario, la indecisión puede provocar desmotivación, cambios frecuentes de carrera, retrasos en la graduación y dificultades para integrarse en entornos profesionales, afectando la estabilidad emocional y el rendimiento académico. Esta situación se agrava cuando los jóvenes perciben que no cuentan con recursos adecuados de orientación profesional o apoyo familiar, lo que crea un círculo vicioso en el que la indecisión y la ansiedad se retroalimentan.

Cifras como el 32 % de los estudiantes españoles que no sabe qué quiere ser de mayor reflejan que esta problemática no es anecdótica, sino que afecta a una proporción significativa de la juventud.

Comprender este fenómeno es esencial para buscar una solución: ofrecer acompañamiento educativo y orientación vocacional son herramientas que mejoran el desarrollo profesional y académico más responsable. Lo que permite mitigar el impacto negativo que tienen la falta de confianza en sus decisiones y con ello promover que la toma de decisiones informadas y satisfactorias que les permitan avanzar en su proyecto vital.