Homero, La Odisea; Coppola, El Padrino; Sánchez, La Investidura
El proceso de investidura está suponiendo un dolor de cabeza para Sánchez y los españoles, un tira y afloja desde todos los flancos políticos posibles.
Andrés García Carrera/GETAFE
Bien dicen que lo cocido a fuego lento sabe mejor, pero si el líder del PSOE sigue abusando del horno de leña capaz no llegue a cruzar la meta. El 27 de noviembre será la última bala de Sánchez para formar gobierno. Si no fuera así, todos los españoles volveríamos a las urnas el 14 de enero de 2024.

Al magnate socialista se le ve confiado respecto a la conclusión de la investidura. No obstante, para retomar la presidencia del Gobierno deberá hablar tanto con Pere Aragonès, coordinador de ERC y presidente de la Generalitat de Cataluña, como con Yolanda Díaz, líder de Sumar, Arnaldo Otegi, de Bildu, y los independentistas Puigdemont y Ortuzar, cabecillas de Junts y PNV respectivamente.
Hasta la fecha, parece que Sánchez cuenta con los apoyos de Bildu y Sumar, tras el supuesto acuerdo cerrado por Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y portavoz económico de Sumar (a pesar de la supuesta discusión interna entre los integrantes de Podemos dentro del partido de Yolanda Díaz). El expolítico Pablo Iglesias, quien aún tiene mucha fuerza dentro del partido izquierdista, dijo lo siguiente: "Podemos va a votar que sí, igual que va a votar que sí Bildu, ERC y yo creo que también terminará votando sí Junts", según recoge Europa Press.
Por lo tanto, el asunto más conflictivo para Sánchez es llegar a pactos con los independentistas Junts y ERC. Este último es el que más problemas le está trayendo al candidato debido a que los de esquerra reclaman soluciones para la situación en Rodalies, pero el Estado no está dispuesto a satisfacer las demandas republicanas. También reclaman que se tomen consecuencias con respecto al "Caso Pegasus" (que afecta directamente a 65 políticos independentistas) y el déficit fiscal sufrido en Cataluña del que la Generalitat hace responsable a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por su lentitud. En consonancia, los de ERC también exigen que la ley de amnistía recoja que no hubo delito el 1-O. Los independentistas están dispuestos a negociar, pero ambos lados defienden con uñas y dientes que se reconozca a Cataluña y a Euskadi como naciones, rompiendo con los estatutos recogidos en la Constitución. Entretanto, solicitan mediadores internacionales para garantizar los acuerdos.
Mientras se suceden estas discusiones a Pedro Sánchez le llueven palos desde la derecha. Feijóo acusa al líder socialista de postrarse ante el independentismo. VOX se refiere al candidato a la presidencia como "autócrata" y al acuerdo entre PSOE y Sumar como "Pacto de la ruina". Además, Ayuso se postula en contra de las restricciones aéreas que plantea Yolanda Díaz.
En definitiva, Sánchez tendrá que ponerse los guantes durante un mes para evitar que Junts o ERC le propicien un knockout que lo dejé tendido en la lona.
