Entrevista al pintor Guillermo Lorca: “No creo que la IA perjudique a la pintura”

Mateo Vázquez Buján
Guillermo Lorca (Santiago de Chile, 1984) es sin duda uno de los grandes nombres del arte actual. Con un estilo figurativo que combina una estética barroca con temas oníricos y fantásticos, Lorca ha logrado hacerse un gran hueco en el mundo del arte. Muestra de ello es que expone obras en algunos de los grandes museos de arte contemporáneo del mundo, como el Moco Museum de Barcelona, donde sus cuadros figuran entre obras de Andy Warhol, Basquiat, Banksy y otros.
Aunque el soporte de tus cuadros sea el lienzo, tengo entendido que haces bocetos digitales. ¿Cómo pueden relacionarse la pintura tradicional y las nuevas tecnologías?
La pintura es una tecnología muy antigua, tiene un cierto proceso químico para hacer producciones que perduren en el tiempo. Los antiguos para hacer composiciones hacían muchos bocetos, modelos, etc; y luego ya lo pasaban a talleres de pintura grandes, donde ya podían trabajar varios ayudantes, … Por tanto, la tecnología siempre ha estado ligada al arte, esto no es nada nuevo.
Algunos críticos han afirmado que en tus cuadros exploras la psique humana y los impulsos inconscientes en las figuras de los animales y los niños. ¿Tiene alguna influencia el psicoanálisis en tu obra?
A ver cómo lo explico. No sigo las corrientes no científicas como el esoterismo o el psicoanálisis, me considero más bien casi un positivista. Pero siento que el mundo de los símbolos, como en las mitologías, ya sea en escritura, de manera oral o en pintura, es un lugar que expresa muchas cosas, pero no creo en elementos fantásticos ni sobrenaturales. Por tanto, no creo en el psicoanálisis como disciplina científica; he leído algunos libros de Freud y lo más interesante de ellos son los casos reales de sus pacientes.
Por otros pintores, como los surrealistas, sí que llevaban el psicoanálisis como una bandera, como bandera de lucha. Ellos sí que se lo tomaban en serio, intentaban reflejar en sus obras el inconsciente y el mundo psíquico, pero se ha demostrado que la mente no funciona así. De hecho, yo estoy mucho más cercano a los simbolistas y otros artistas del siglo xix, tanto en lo simbólico como en el espíritu. Sí, cuando era más joven los simbolistas me atraían menos, porque cuando eres joven te preocupa más la técnica, y en eso no eran especialmente buenos dentro del contexto de la época. Técnicamente en aquellos tiempos destacaban los academicistas, y entonces yo los estudiaba más a ellos y a los barrocos, sobre todo.
Antes me inspiraba más en artistas muy buenos técnicamente como Velázquez, Tiepolo Rembrandt, Sorolla; y en los Victorianos, como Alma Tadema. Pero me fijaba en su técnica, no en lo que tenían detrás, no en su espíritu. Y es que muchos pintores que son muy buenos técnicamente, aunque no sea el caso de estos, eran como una cáscara vacía, solo estética, sin un trasfondo profundo detrás. No es buen molusco, pero la concha es muy bonita. Pero esto no pasa con los simbolistas. Además, esta corriente me influyó también en los símbolos específicos que fui desarrollando, ya sean niños, animales salvajes, aves… Un pintor al final acaba creando sus propios símbolos, y eso hasta cierto punto lo elige uno, llega un momento en que se escoge, ese símbolo, ese mensaje, ese sentido. Y la verdad es que los míos podrían haber sido otra cosa, podrían haber sido hombres, no sé, hombres desnudos y musculosos luchando contra esferas azules, por ejemplo.
No sé, posibilidades hay muchísimas, se podría elegir entre todo. Y después cada observador puede interpretar una cosa diferente; en mi caso metáforas de la infancia, el inconsciente, … Es lo bonito de los símbolos, que el significado puede variar dependiendo de la experiencia de cada persona. Aunque no todos los pintores crean sus propios símbolos. Unos tienen un propio espíritu que trasladan en su obra, y otros son simples megáfonos de los tiempos que corren.
Respecto al proceso de creación, cuando ya estás trabajando directamente en el lienzo, ¿te gusta pintar con música, en silencio, con más gente, solo, …?
En silencio muy poco, la verdad. A veces escucho música, a veces leo un libro, escucho un pódcast, hablo por teléfono como estoy haciendo ahora contigo, …
Se comparaba el estudio de dos fotógrafos diciendo que el de Irving Penn era una catedral y el de David Bailey una fiesta. ¿El tuyo a qué se parecería más?
Yo creo que más a una fiesta, no trabajo en silencio. En silencio hay más ruido, el ruido de mi propia mente, y prefiero el ruido exterior, es mucho más silencioso.
¿Cuánto sueles tardar en realizar un cuadro? ¿Eres perfeccionista?
Sí que lo soy, pero la verdad es que no sé cuánto suelo tardar. Nunca lo he calculado, pero me lo preguntan tanto que tendré que hacerlo. Pero sí, tardo mucho, muchas horas.
En el mundo actual, con el arte digital, la IA, ¿crees que sigue habiendo hueco para la pintura figurativa en lienzo?
La IA no creo que vaya a perjudicar al arte figurativo. Al revés, va a haber más producción. Yo he probado alguna vez la IA como herramienta para ver distintas posibilidades de combinaciones, y la verdad puede ser bastante útil. Pero el gran disruptor de la pintura ye llegó en el siglo XIX y fue la fotografía, que acabó con el sentido que tenía la pintura, el de la reproducción fiel de la realidad. Entonces tuvieron que adoptarse nuevos fines y propósitos.
Pero la IA no creo que sea otro disruptor. Imágenes con inteligencia artificial se habrán hecho millones, o más, pero no se pueden equiparar con un cuadro. Un cuadro es único, lleva mucho tiempo y esfuerzo realizarlo, y es artesanal, tiene un valor único. Un caso similar ocurrió con el cine cuando llegó el CGI. Se ampliaron mucho las posibilidades, pero luego se vio que la mezcla con lo tradicional funciona mejor que el abuso de la tecnología .
¿Y crees que la pintura se verá respecto a la inmensa cantidad de producción artística de los últimos 50 años y la gran exploración de soportes?
Por algunos años ya se dio por muerta a la pintura. Se creyó que la iban a sustituir las performances, la tecnología más disruptiva, … Pero luego se volvió otra vez a ella. Creo que queda mucho por explorar en pintura aún. De nuevos soportes sí que se ha abarcado mucho, no hay tanto más ahí por explorar. Sí que quizá se pueda sacar más partido a elementos relacionados con conexiones neuronales, realidad virtual y videojuegos; pero esas son cosas que al principio impactan mucho, con sus luces, sonidos y otros estímulos; pero luego acaban cansando, no tienen sustancia.
