El último vals de Joaquín Sabina
El jienense se subirá a finales de este mes de noviembre al escenario por última vez en Madrid poniendo punto y final a su última gira: 'Hola y adiós' con la que ha recorrido dieciséis ciudades de la geografía española

Lola Zabala Hernández
El cantante y compositor Joaquín Sabina anunció el pasado año 2024 que se subiría una última vez a los escenarios. Y así lo está haciendo. 'Hola y adiós', así es como se llama está última gira, comenzó en España en Las Palmas de Gran Canarias a primero de mayo de este año y tras aquel primer sold out el cantante no ha parado de agotar entradas en casi todas las ciudades por las que ha pasado.
España no ha sido el único destino del jienense. El continente americano acogió el tour a principios de años. México, Estados Unidos, Argentina son solo algunos de los países a los que Sabina dijo un último Halo y adiós colgando el cartel de "entradas agotadas" en más de una decena de fechas.
Tras recorrer catorce ciudades por toda España, a Sabina solo le queda despedirse de Madrid. Esta ciudad acoge los últimos tres conciertos del andaluz durante las próximas semanas de este mes, hasta cantar sus éxitos para su público por última vez en el Movistar Arena el próximo 30 de noviembre.
Este escenario trae recuerdos amargos a los fans del compositor pues, en una de sus anteriores giras junto a otros de los grandes de la música española, Joan Manuel Serrat, Sabina cayó del escenario en el que fuera el Wizink Center. Aquel concierto de febrero de 2020 tuvo que ser suspendido, pues el cantautor viajó del Wizink Center en camilla al hospital, donde estuvo diez días.
Esta gira pone punto y final a la carrera, al menos en los escenarios, del compositor quien publicó su primer disco en 1978. Sin embargo, su carrera artística no se restringe a la música. Joaquín Sabina también ha escrito y publicado poesías y presentado dibujos y pinturas algunas de ellas recogidas en los libros Garabatos.
'Hola y adiós' podría considerarse la guinda de un pastel hecho con los años a base de canciones que todos reconocen, melodías que resuenan en las verbenas de verano, guitarras que levantan un estadio entero, poesías sincericidas, pinturas de un "no dibujante" y un documental que retrata al hombre más que al artista. Sabina prepara su último vals pero su legado perdurará como ya muchos seguidores han expresado tras presenciar su última vez viendo al artista sobre el escenario.
