El odio en las redes sociales
La normalización de los mensajes de odio en redes puede acarrear grandes consecuencias a largo plazo.
Eva R.Núñez Taboada / MADRID
El pasado jueves 28 de septiembre en Getafe tuvo lugar la entrevista a Macarena Olona, organizada por la organización de prensa de la universidad Carlos III. Pese a que el evento logró superar con creces el número de alumnado esperado en el aula magna, otros muchos alumnos mostraron su descontento con la exdiputada de VOX al campus. Poco después de la visita, la asociación de prensa de la UC3M subió un reel conjunto con la política en el cual ha dado lugar a mucho de qué hablar. La publicación ha recibido varios comentarios de odio atacando directamente a Magdalena Olona, a la cual se ha tachado de 'chivata' y 'vengativa' o se han hecho afirmaciones como 'das asco' o 'que decepción de mujer'. Este es tan solo un incidente aislado de los miles de ataques que ocurren día a día en las redes.

Actualmente, los medios sociales están siendo criticados debido al creciente número de comentarios ofensivos y mensajes incitadores a la violencia que atentan contra determinadas personas o colectivos. En los últimos años la difusión de actitudes peyorativas a través de las redes se ha vuelto una práctica tan normalizada que los usuarios temen a publicar contenido en dichas plataformas. Cuando abrimos el móvil y pulsamos en la sección de comentarios de una publicación, no es extraño que nos encontremos con algún mensaje o insulto que la mayoría de las veces no tiene relación con la publicación en cuestión.
Dicho comportamiento se ha visto tan extendido que incluso los más pequeños comienzan a ser partícipes. De acuerdo con los datos recogidos por el INE al rededor de 227.000 individuos han sufrido o sufren acoso a traves de las redes sociales; por no hablar de que cada vez son más las noticias acerca de muertes por suicidio a causa de mensajes de odio en plataformas. El mal uso de las redes sociales, ha llegado a causar grandes repercusiones en la vida privada de las personas afectadas, provocando daños psicológicos directos en las víctimas. Expertos afirman que las repercusiones en la víctima incluyen cambios de comportamiento, sentido de humillación y bajadas de autoestima las cuales pueden derivar en enfermedades como la depresión, ansiedad u otros trastornos.
Es importante recordar que todos podemos ser víctimas del ciberacoso y de la propagación de mensajes de odio contra nosotros. Como sociedad, tenemos la obligación de comportarnos como buenos ciudadanos digitales y fomentar el buen uso de las redes sociales. Pese a que en las redes no se de una comunicación cara a cara, los individuos sobre los cuales se comenta o se desprestigian son personas con sus propias vidas y privacidad, que en ningún caso se deben de ver afectadas por comentarios hostiles. Nadie, independientemente de la ideología que defienda o de las circunstancias que le rodean, merece sentirse amenazado o humillado por centenares de personas ajenas a él. Por lo que, antes de publicar un comentario hostil o un insulto hacia otro usuario, recuerda que detrás de esa pantalla hay una persona que merece ser tratada con respeto.
